¡El teatro ese esplendor! # 3

Ian hippie

Chavalería, ladies and gentlemen, vamos a terminar con esto. Ya se ha hablado en este espacio de la etiqueta Teatro Alternativo, incluso se estableció un debate en los comentarios que puede ser bueno no dejar muy atrás. Aquí os pongo los enlaces. Uno y dos. Sirva lo que sigue para complementar lo dicho, no para contradecirlo.

Me gustaría ser poco repetitivo. Pero como en ocasiones eso es algo incontrolable, vayan las disculpas por delante. Nada más lejos de mi intención que aburrir al respetable.

Un último apunte antes de meternos en harina: Otro Perro Paco no sabe lo que es el teatro de verdad, aunque agradece y da la bienvenida a los nuevos compañeros de TEATRON, pues nunca está de más que haya nuevas manos para pensar juntos en esto. Es un buen motivo de celebración. Otra reflexión sobre el teatro alternativo se puede encontrar ahí.

Otro Perro Paco no se considera jauría, pues está demasiado solo para tal empresa; ni hombre de teatro, pues para eso habría que hacer algo de teatro y no solo este juego de juntar palabras que es Perro Paco.

Teatro alternativo

Nota inicial aclaratoria: no es lo mismo Teatro Independiente que Teatro Alternativo. El Teatro Independiente tuvo su época dorada en otra época; aquella de los grupos universitarios alocados que eclosionaron en los setenta. Hoy en día apenas existen algunos coletazos de ese teatro, para nuestra desgracia. Todo se ha institucionalizado demasiado, por ende, todo se controla demasiado. El problema de la fagotización.

El Teatro Alternativo -que se ha ido asentando y creciendo hasta hoy en día- es uno de los inventos de la transición  y de los gobiernos de mayoría progresista (estatales, autonómicos, provinciales y locales) y como tal está auspiciado, en su mayoría, por el sistema de subvenciones del gobierno que ahora mismo se encuentra en caída libre. Poco tiene que ver nuestro Teatro Alternativo con ese Teatro Alternativo de finales del S. XIX y principios del S. XX -aquel constituía una alternativa de verdad-. El nuestro es el teatro creado para tener contentos a los artistas/creadores/gentes de la cultura off. De ahí la crisis que existe hoy en día alrededor de esta etiqueta; cuando de la Red de Teatros Alternativos solo queda un pingajo y las salas se encuentran a la caza de cualquier tipo de ayuda antes de echar el cierre; ya sean Festivales ya sean las dos pesetas que quedan en la Administración. El Teatro Alternativo no es Teatro Independiente porque depende en su mayoría del dinero público; los tentáculos de la Administración se convierten en ocasiones en yugo.

El Teatro Alternativo es el teatro de los que no viven del teatro. Es el teatro de los luchadores. Es el teatro de los que esperan su oportunidad. Es, como avancé anteriormente, la cantera de los otros dos tipos de teatro: el comercial y el académico. Ocurre que no todos los jugadores de la cantera debutarán con el primer equipo y hay algunos de estos jugadores que desarrollarán toda su carrera (corta o larga, dependerá del empeño y la paciencia) en el equipo B. Hecho que en el teatro no tiene porqué significar que jueguen peor, puede, cruel y simplemente, que no hayan encontrado el padrino necesario para su confirmación. Utilizando el lenguaje taurino, que aquí nos viene al pelo, nadie les dio la alternativa.

El Teatro Alternativo es el teatro de los que, en su mayoría, no quieren estar en el Teatro Alternativo. El Teatro Alternativo debiera ser la alternativa a lo demás. Está lo canónico y está lo alternativo. Está lo que da dinero y está lo alternativo. Está la familia y está la comuna. El Teatro Alternativo es el limbo antes de llegar al paraíso (aunque para eso deba bajar un ángel para guiarte hasta él). Se piensa en el Teatro Alternativo como en un teatro de paso, en un trampolín; aunque rara vez sea así. Por eso, el Teatro Alternativo es el teatro que más abunda; pues es el teatro donde entrenan los teatreros antes de, si se da el ansiado caso, dar el paso y torear en las plazas de primera.

Los creadores del Teatro Alternativo pueden jugar en varias categorías y saltar del Alternativo al Académico -por ejemplo- siempre y cuando les llegue una oportunidad. Voy a poner de muestra a Paco Zarzoso, cuya escritura estaría más próxima al Teatro Académico (una obra teatral de la que ya se pueden escribir tesis), pero que salvo contadas y alabables ocasiones, desarrolla, dentro de España, su labor como director de la Compañía Hongaresa en el seno del Teatro Alternativo.

En el Teatro Alternativo se va a porcentaje de taquilla; algo que apenas llega para pagar una producción. Esta crisis ha arrasado, casi completamente, con el concepto del caché. El Teatro Alternativo es el Teatro Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como. El Teatro Alternativo suele programar unos pocos de días, de ahí la dificultad del boca a boca (pues de las página de prensa que se ocupan de este tipo de teatro, es mejor no hablar). Frente a esto, las otras etiquetas programan un mes o hasta que el público se canse y deje de ir.

Hay que distinguir entre diferentes espacios de Teatro Alternativo. Hay espacios de Teatro Alternativo de renombre que gracias a su significativa trayectoria ocupan un lugar cercano al del Teatro Académico: aunque ahora las pasen putas, no siempre fue así. Estos tipos de espacios coquetean con los Festivales Nacionales que incluimos en el apartado anterior. Están en un margen, un equilibrio, una frontera; pero reciben el dinero por parte de la Administración no de manera directa, sino de manera indirecta mediante subvenciones públicas o ayudas de entes privados como La Fundación Autor, por poner el primer ejemplo que me llega a la cabeza. Estas salas pueden organizar sus propios, humildes y puede que necesarios festivalitos como medio de financiación. De estas salas han emergido creadores que ahora están en la picota; estas salas realizan una función clara y necesaria; estas salas molaban y esperamos sigan molando.

Hay otros espacios de Teatro Alternativo donde empresarios emergentes han visto la posibilidad de meter la cabeza y arañar un pellizco. Aquí voy a hacer una digresión que espero puedan apreciar y sientan empatía con la misma. Estoy seguro que no les resultará ajeno y si tienen amigos que hacen teatro se sentirán identificados.

Sin título

Digresión: hay una serie de salas minúsculas que están abriendo sus puertas. Salas de veinte o treinta butacas que son imposibles de sostener. Salas que van al 50 % de taquilla junto a la compañía que programan. Salas que juegan con las ilusiones de gente con ganas de hacer teatro. Salas que ceden su espacio solo por uno, dos o tres días. Estas salas intentan meter la cabeza en las ruinas de un circuito para sacar algo de tajada. Estos espacios se aprovechan de los amigos de la compañía que ponen en cartel, pues durante los pocos días que estarán programados, los amigos de la compañía colgarán el cartel de no hay localidades. Estas salas han creado un nuevo paradigma: hacemos teatro para estafar a nuestros amigos y las salas se aprovechan de ello. Fin de la digresión.

Por otro lado hay salas de Teatro Alternativo que han encontrado un posible filón en el Teatro Infantil y Juvenil. Algo que aplaudo, siempre y cuando las propuestas sean de calidad y no caigan en los modos de la mera animación cultural, el payaso, el malabar y las marionetas rancias de gomaespuma. El Teatro Infantil y Juvenil cumple una función social y educativa clara. Si creemos que siga habiendo teatro, habrá que meter el gusanillo del teatro (el veneno del teatro) a los más pequeños. Nueva digresión: creo que debemos apoyar a esas compañías que han convertido a éste en su campo de acción, haciendo unos trabajos con una calidad, amor, compromiso y rigor que ya quisieran muchos de los creadores afamados. Como ejemplo, por no irnos a Le Carrousel de S. Lebeau, pondré La Siesta Teatro. Es una lástima que a estas compañías de Teatro Infantil y Juvenil no les queden más cáscaras que pertenecer a un circuito paupérrimo, a pesar de su trabajo.

Por último, de momento. El público de estas salas es un público teatrero en su mayor parte. El Teatro Alternativo es, principalmente, el teatro de los teatreros. Amigos de amigos, conocidos o estudiantes. El Teatro Alternativo es la utopía. Un público entendidillo. Un público al que le cuesta ser objetivo. Pero también un público de familia o un público barrial, en aquellas salas situadas en barrios y que, como ya dije, realizan una importante labor acercando el teatro a gentes que de otra manera jamás se desplazarían a los centros de las ciudades para ver teatro.

Sin más y haciendo mías las reflexiones ya dichas anteriormente; acabo.

Habrá que hablar en Perro Paco sobre los diferentes tipos de público, ¿no?

Las demás entradas de ¡El teatro ese esplendor!, las podéis encontrar aquí (Teatro Comercial) y allí (Teatro Académico).

Otro Perro Paco

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